Muestra interés genuino por la persona que tienes delante
Las personas ponemos especial énfasis en lo que nos importa o en conseguir lo que nos interesa. Solemos hacer las cosas con más esmero cuando desarrollamos algo que consideramos relevante. Y este mismo interés personal que tenemos es lo que convierte en importante algo o alguien que para otra persona no lo es. Es decir, cuando mostramos interés en una persona, de forma subconsciente, estamos diciendo: me importas.
El interés desinteresado es la virtud del amigo, de quien vas a tener a tu lado, del que sabes que no te falla.
Mostrar interés sin parecer que quieres algo a cambio no es fácil. Sobre todo, cuando vivimos en una sociedad llena de personas que actúan y se mueven por propio interés egoísta. Sin embargo, si logras reflejar un interés genuino, del que no espera nada a cambio, estás dando razones a las personas para que crean es tus valores y aumenten la credibilidad en ti.
Utiliza el principio de la escasez
Es básico pero efectivo. La emoción del miedo es una de las más fuertes en el ser humano. El miedo a perder una oportunidad es más fuerte que la motivación de ganar. Cuando algo es escaso o tenemos la oportunidad de perderlo, lo queremos con más ganas. Utilizarlo nunca viene mal cuando tenemos promociones o después de una broca con tu pareja. Recordarle que puede perderte puede motivarle a mejorar.
Las ofertas que tiene “unidades limitadas” o “fecha límite” todas apelan al miedo del ser humano a perder la oportunidad, al tiempo que aceleran la decisión de compra. La cual se efectúa de forma instantánea. Es lo que llamamos la compra impulsiva.
Atracción fugaz
Los sentimientos de afinidad entre emisor y receptor pueden redoblar la fuerza del mensaje. El sentimiento de complicidad ayuda a la hora de vender, y mucho.
Las personas estamos más dispuestas a ayudar y atender a aquellos que son similares a nosotros, porque creemos que pueden tener opiniones, valores o personalidades parecidas a las nuestras. La simpatía permite subir peldaños rápidamente gracias a señales tan mínimas como llamarse igual, llevar el mismo corte de pelo, una camisa parecida, ir a la misma universidad, compartir fecha de nacimiento o estar viendo la misma serie.
Que te vean una y otra vez
No decimos que sea pesado y agobiante. No. Se trata de mera exposición. La ciencia ha demostrado que cuanto más veces vemos un producto o una marca más se estimula el deseo del consumidor, es decir, más lo queremos.
Es complicado de medir porque una sobreexposición puede tener efectos negativos, sobre todo si la primera impresión fue mala.
Aquí juega un papel la indiferencia, suena contradictorio pero piensa en cómo actúas cuando te gusta una persona. Puede que al principio simplemente quieras que te vea, que sepa que estás ahí, en la misma habitación. No le hablas directamente porque esperas una señal de interés por su parte. Esperas paciente durante semanas y meses, hasta que un día, de tanto verte, muestra algo de interés. Quizás con una simple mirada, una sonrisa, un sencillo “¿qué tal?” o una conversación sobre el tiempo. No importa. Ya te ha dando un hilo del que tirar.
Cuando ya ha comenzado la relación, siempre hay uno que está más pendiente y muestra más interés por la otra persona, la cual es más despreocupada e indiferente. Además, ese trato indiferente hace que se sienta más atraído o atraída.
Cuidado: La indiferencia puede ser peligrosa si no se mide. Demasiada indiferencia puede hacer que otra persona sienta rechazo y genere resentimiento. En ventas, el buen comercial no es excesivamente insistente, sino que aplica cierta dosis de indiferencia para despertar el interés y la curiosidad.
En marketing digital, esta técnica sería el llamado retargeting. Una vez se ha mostrado interés por un producto te vuelve a parecer publicidad relacionada con el mismo en forma de banners, mensajes patrocinados redes sociales, email, etc.
Tomado de: https://www.foromarketing.com/4-tecnicas-influenciar-persuadir-las-personas-te-ayudaran-vender-mas/