Productividad al ritmo de la música.
Cuando estamos trabajando suele haber un ruido ambiental que nos distrae de manera intermitente y nos aleja de terminar la tarea que tenemos entre manos. Cada vez que un ruido o una conversación ajena te distrae, tu cerebro sufre una pequeña desconexión del trabajo que estás realizando y necesitará algunos segundos -puede que algunos minutos-para reconectar y continuar la tarea en el punto en que te habías quedado.
Dependiendo del esfuerzo mental que requiera la tarea en cuestión, la pérdida de productividad puede ser mayor o menor. Pero es evidente que, a lo largo de una semana, la suma de todas esas pequeñas interrupciones externas suponen un tiempo precioso. Con ese tiempo podrías haber más cosas durante la semana, y aumentado tu efectividad y productividad personal. En ocasiones un ambiente demasiado tranquilo tampoco ayuda a fluir en el trabajo.
Mucha gente utiliza la música para ganar concentración en el trabajo. Escuchar sonidos melódicos ayuda a estimular la liberación de dopamina en el cerebro, generando una sensación de bienestar. Se han realizado estudios en los que la gente que escuchaba música tenía mejores ideas y completaba sus tareas con mayor rapidez, debido a su mejor estado de ánimo.
Sin embargo, no toda la música ayuda en la misma medida. En algunos casos, incluso puede ser una distracción mayor que el propio ruido ambiental. Depende de tus gustos personales en cuanto a música, del tipo de actividad que estés realizando y de tu habilidad con respecto a esa actividad. Si estás haciendo algo en lo que todavía no has adquirido la habilidad suficiente, la música puede ser perjudicial. Cuando estás aprendiendo a hacer algo, cualquier cosa que no sea la información que estás tratando de absorber se convierte en una distracción.
Un elemento importante para valorar la utilidad de la música en tu productividad es cuánta atención necesita la tarea a realizar. Hay estudios que demuestran que la música ayuda bastante cuando la tarea es aburrida o repetitiva. Sin embargo, puede ser una distracción cuando la tarea requiere un gran creatividad.
Si el lugar de trabajo es excesivamente ruidoso, la música puede ser definitivamente una vía de escape. Un nivel moderado de ruido, sin embargo, parece que ayuda a concentrarse en el trabajo. Si tu ambiente de trabajo es de este estilo, es muy probable que no necesites acudir a la música para concentrarte. No obstante, algunos estudios indican que es el buen estado de ánimo que provoca tu música favorita lo que incrementa tu productividad, no la música en sí.
Para actividades que no son repetitivas pero tampoco requieren una gran creatividad, la música sin letras normalmente funciona mejor (música clásica, instrumental, electrónica…). Escuchar palabras activa la parte de nuestro cerebro relacionada con el lenguaje, lo que puede distraernos si la actividad que estamos realizando tiene que ver con el uso del lenguaje (como escribir un artículo, por ejemplo).
En resumen, si quieres ser más productivo y trabajar más a gusto, elige cualquier música que te guste para tareas que requieran poca concentración, elige música sin letras para tareas que requieran una concentración media, y elige el silencio para tareas con una alta demanda de concentración y creatividad.
Fuente: https://facilethings.com/blog/es/music-and-productivity