El crecimiento es fundamental para la supervivencia a largo plazo de una empresa. Este crecimiento permite la adquisición de nuevos clientes, talento y financiaciones importantes. Además, impulsa el rendimiento empresarial y las ganancias que se obtienen.
Y si bien crecer puede parecer atemorizante, los beneficios son invaluables, por ejemplo:
- Aprovechamiento de nuevas oportunidades de mercado.
- Expansión de tus productos o servicios a otros territorios.
- Respuesta a las demandas de tu mercado.
- Aumento de la participación en el mercado y capitalización de tu marca.
- Estímulo a la innovación para diferenciarte de tus competidores.
Sin embargo, como en cualquier aspecto de la vida, crecer requiere de claves que te permitan ser lo más sostenible posible. Tienes que cuidar la salud financiera de tu organización, tomar decisiones estratégicas y avanzar bajo las razones correctas.
Definición del crecimiento empresarial
La definición más exacta que puede tener el crecimiento empresarial es el proceso que una compañía implementa para mejorar sus estrategias y alcanzar el éxito en determinados aspectos, según sus necesidades u objetivos actuales. Este crecimiento puede lograrse a través del aumento de ingresos por un mayor volumen de ventas o de sus servicios.
Las 5 fases del crecimiento empresarial
Existen fases dentro del crecimiento empresarial que, adaptándolas y manejándolas eficazmente, generan una evolución mucho más rápida y sostenida.
Durante su avance podrás ir viendo poco a poco cómo tu organización toma una forma más sofisticada; tus procesos se van haciendo cada vez más estratégicos y acoplados a tu tipo de industria y empresa.
1. Existencia
En esta primera etapa, las empresas deben concentrarse en obtener clientes y ventas. Hay muy pocos involucrados dentro de la organización. Incluso, hay veces en que solo el dueño o fundador es el que se encarga de todo el proceso empresarial.
La ventaja de esta etapa es que puedes explorar todas las oportunidades que tiene tu empresa y las alternativas que pueden tomarse. Esto se logra siempre y cuando se aumente el valor de tus productos o servicios y se brinde mejor experiencia a los clientes.
En este momento tu empresa exige toda la atención posible. La construcción de una base de datos sólida requiere de incentivar a los consumidores.Esto puede ser a través de muestras o pruebas gratuitas para que las personas puedan ver las funciones y el valor de tu mercado.
Desafortunadamente, hay muchos negocios que no logran obtener la atención necesaria o hacen malas inversiones que los dejan sin capital. Al menos, un 70% de las micro y pequeñas empresas quiebran antes del primer año, y de las que quedan a flote un 70% llega a los 5 años.
Hay dos razones en común por las que esta cifra se sigue manteniendo: ausencia de un plan de negocios y la falta de un modelo de ingresos que les brinde viabilidad financiera. Por ello, es importante capacitarte y encontrar los estímulos financieros que se adapten a tus posibilidades y necesidades.
2. Supervivencia
En este momento, tu empresa ya cuenta con suficientes clientes y tu oferta de productos o servicios es capaz de mantenerlos satisfechos.
Ahora, lo más importante es planear y proyectar los flujos de efectivo, con el fin de hacer pronósticos acertados sobre el crecimiento de la empresa. Además, te prevé de posibles riesgos financieros que pudieras enfrentar. Algo común dentro de esta etapa es estancarte en una zona de confort en la que tus ventas te satisfacen, pero no seguirás avanzando. Si tu deseo es continuar, tal vez necesites del apoyo de algún estímulo financiero que te ayude a progresar.
3. Éxito
Para esta etapa tu empresa ya tiene presencia en el mercado y es rentable. Los procesos ya no recaen solo en ti, sino en un equipo más grande con diferentes áreas empresariales. Aquí tienes dos opciones: potenciar las oportunidades que tu negocio te está brindando para seguir creciendoo mantener tus fuentes de ingresos tal como están para hacer otras actividades (como la fundación de otra compañía).
En este sentido, no hay una decisión correcta o incorrecta: solo tú podrás decidir el rumbo de tu empresa. Quizá no seguir creciendo sea la alternativa más viable, debido a la economía del momento o la demanda de tu mercado está muy saturada. Recuerda que actualmente ya cuentas con solidez financiera, por lo que permanecer aquí es completamente entendible.
Únicamente, ten en cuenta que, si ya no quieres avanzar, tienes que dejar en buenas manos tu empresa para que se conserve con creces. De lo contrario, podría llevar a una disminución de sus ventas y retroceder.
4. Despegue
Para lograr el despegue es vital que tu organización se expanda internamente, es decir, que cuentes con más personal y áreas para su manejo. Como dueño, tienes que empezar a delegar tareas y confiar en las personas de las que te rodeaste.
Esto tiene por objetivo retener talento humano que sea eficiente y evitar inversiones innecesarias en nuevas contrataciones. Además, aumentas la productividad de tu empresa si tienes un líder capacitado en cada una de tus áreas y garantizas que toda la operatividad de tu compañía estará lista para la próxima y última etapa.
Una vez que hayas conformado a tu equipo de trabajo, dótalo de las mejores herramientas para que puedan hacer su trabajo de manera más funcional.
5. Madurez
En esta etapa lo primero que necesitas es estabilidad. Los cambios organizacionales que hiciste en la etapa previa comenzarán a visualizarse. Esto te dará un panorama amplio de tus decisiones y la oportunidad de cambiar o agregar estrategias para evitar errores.
En la etapa de madurez tu empresa tiene que perder el miedo a innovar y diversificar tus productos o servicios. Tus clientes se han mantenido contigo, pero si deseas seguir expendiéndote, lo mejor es que explores en nuevos territorios. Puedes aumentar tus líneas de producto o pensar en sucursales en otros lugares.
Y aunque has logrado llegar hasta esta meta, no puedes confiarte. Las tendencias de mercado y los desplomes financieros pueden llegar a afectarte si no estás preparado para afrontarlos. Por ello, realiza una planificación estratégica que te dé apoyo para identificar oportunidades y prevenir situaciones de crisis.
Los 2 tipos de crecimiento empresarial
El crecimiento de un negocio se mide por las ganancias y la participación en el mercado. Se requieren estrategias con las cuales puedas enfrentar diferentes situaciones financieras y la competencia.
1. Crecimiento empresarial orgánico
El crecimiento orgánico es uno de los más básicos en el mundo empresarial. Precisa de varias combinaciones de estrategias que alienten a construir una empresa más grande. Un ejemplo de este modelo de crecimiento es agregar nuevos canales de distribución o vender un producto nuevo que aumente su vertical y se ofrezca a la base de clientes actual.
La obtención de resultados puede efectuarse mediante un aumento de financiación por parte de accionistas o por inversión de beneficios en el negocio. Y si bien es funcional, su principal desventaja es que, al ser más tardado, le da oportunidad a los competidores de ampliar sus ventajas competitivas.
2. Crecimiento empresarial externo
Este modelo de crecimiento es a largo plazo e implica fusiones y adquisiciones. Se presenta cuando las empresas han llegado al límite de su crecimiento empresarial orgánico, por lo que requieren un mercado nuevo; por ejemplo, la creación de un productos adicionales para incorporarlos al inventario ya existente.
Este tipo de crecimiento se lleva a cabo mediante la búsqueda de financiación externa o adquisiciones, con el fin de lograr la expansión. Sin embargo, se corre el riesgo de que la empresa pueda quedar en manos de accionistas u otra organización. No obstante, permite un crecimiento mucho más rápido que el modelo orgánico.
Y aunque es un modelo de crecimiento muy funcional, el hecho de compartir acciones y porcentajes con una contraparte puede generar diferencias de tipo cultural u organizativo, desacuerdos en procesos o tácticas o el aumento en la complejidad de la gestión de recursos humanos.
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