En las empresas, sea cual sea su tamaño o estructura, los colaboradores necesitan de una guía precisa o un asesoramiento específico que les ayude a que sus resultados sean todo lo positivos que de ellos se espera. Ahí es donde entra el papel del mentor, una especie de consejero que se encarga de asesorar a los demás y ayudarles a encontrar su equilibrio personal y profesional. El mentor puede estar enfocado en asesorar a los más jóvenes de la empresa, aunque sus ayuda no debe centrarse solo en ellos sino en cualquiera que requiera de un buen consejo. Para ser un buen mentor se requieren de ciertas cualidades que a continuación mencionamos.
Toma en cuenta que cada persona es única
Sabiendo ello te será más sencillo tratar con distintas personas y entender sus dudas e inquietudes. No debes tratar a todos como si sus necesidades fueran iguales, sino que debes ser empático para entender que todos requieren de un trato distinto y un tiempo diferente para encontrar sus propias respuestas. A través del diálogo y la observación aprenderás a desarrollar una buena relación con la persona a la que estás apoyando. Hazle saber que estás disponible y que te interesa respaldarle.
“Si hay algo que todo mentor debe tener como regla número uno es que hay que establecer confianza y esta nunca se puede romper. En el momento en que sale de esas dos personas algo de la conversación que se ha tenido, se rompe el proceso de mentoría”, enfatizó Timothy Scott, gerente de Asuntos Gubernamentales y Relaciones Públicas de Intel Costa Rica y quien tiene conocimientos en temas de mentoría.
¿Realmente el otro necesita un consejo?
A veces solo basta con escuchar a los demás para ayudarles. Como mentor, tal vez te sientas presionado a dar un consejo de inmediato, pero debes evaluar el momento oportuno para hacerlo. Rebecca Corliss, especialista de desarrollo y cultura empresarial: «Un buen mentor sabe cuándo presionar el botón de pausa durante una conversación», aseguró. Usa ese timing que como mentor debes tener para decir una cosa u otra. La sabiduría que has adquirido a través del tiempo es lo que debe imperar en vez del deseo de decir algo que haga sentir bien al otro.
No juzgues, entiende las motivaciones del otro
Como mentor, tu papel es guiar a los demás a tomar las mejores decisiones, no a sepultarlos en juicios innecesarios. Después de platicar con ellos y de conocer las razones de sus decisiones en el trabajo que los llevaron a cometer determinada acción, prepara distintas sesiones con esa persona para ir desgranando las mejores vías hasta llegar hasta una solución que le favorezca. Conforme más involucrado te muestres, será más fácil que la otra persona se sienta identificada contigo.